NOT KNOWN FACTUAL STATEMENTS ABOUT VIERA VIDENTE

Not known Factual Statements About viera vidente

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Esas “emociones socializadas”, condicionan y particularizan su actividad psychological, la que se expresa estableciendo una interrelación cualitativa con el cosmos, en virtud de la cual el universo se pue­bla de “influencias”, de “deseos” y de “potencias ocultas”, que no serían otra cosa que vivencias propias sin elaboración racional proyectadas a los seres y a las cosas del medio ambiente.

3 Repudian la injusticia social, la opresión de una parte de la humanidad por la otra, se cuidan de exaltar a ese “liberalismo” alienado que al plantear el problema de la libertad intrínseca del hombre, sin tener en cuenta su limitación psicológica y la mala organización de las estructuras sociales, hace consciente o inconscientemente el juego a los reaccionarios y a los falsificadores.4

5 En ese sentido, la Weltanschauung romántica descubrió su afinidad con la doctrina de los Vedas. Por instinto, más que por conocimiento, los pensadores alemanes del romanticismo como Lessing, los hermanos Schlegel, Schleiermacher, Novalis y hasta el mismo Goethe se sintieron arrebatados hacia esa tierra perfect poblada de arcanos y virgen de investigaciones. Aun desconociendo muchos aspectos del Oriente que los apasionaba, las correspondencias espirituales entre la revolución romántica y el pensamiento de la India fueron singularmente notables.

Tal como lo hemos entrevisto, los expositores conscientes o inconscientes de esta teoría constituyen una familia numerosa y heterogénea. Algunos han intentado elaborar construcciones racionales y sistemas que ­expliquen la intuición primordial: son los pensadores y filósofos del ocultismo. Otros reencuentran la tradición y la expresan al margen de fórmulas dogmá­ticas o filosóficas. Ese es el lugar reservado a los poetas.

En sus ojos azules arde la llama del desconten­to. El es la revolución; él es el hombre peligroso para la sociedad inmersa en el sueño, y también es él el que conoce la Sabiduría Infernal de aquel proverbio que Blake leyera en su Visión Memorable:

El artista subjetivo no crea, se halla sometido al caos de los pensamientos que lo gobiernan y realiza su obra de acuerdo con las imposiciones de los “yo” sucesivos. Vive en la hipnosis de sus pasiones, de sus gustos y de sus hábitos.

Estos interrogantes nos acercan a otro aspecto de la vida mística del autor de Les Chimères. El hombre que crea, que sueña o que alcanza estados de conciencia más sutiles, intuye que la mente, trascendiendo el razonamiento y los sentidos ordinarios, puede enfrentarse a una realidad de índole desconocida. Esa experiencia important se logra merced a progresiones intrapsíquicas que superando diversos niveles acceden más allá de las apariencias y de las formas, a un plano en que se extinguen el espacio y el tiempo. En el hombre vive inmanentemente la posibilidad de realizar esa aprehensión de lo absoluto, que brota ante las grandes conmociones del espíritu, en la exaltación creadora o en la plenitud del amor.

No debe confundirse entonces la conciencia con las fuerzas psicológicas. El hombre tiene que comenzar por darse cuenta de lo que posee y de lo que puede poseer. Debe adquirir realmente los poderes que se atribuye. Para ello es preciso que desarrolle una nueva capacidad, se torne diferente, despierte del sueño mediante una profunda revolución psicológica­. Rimbaud lo ha comprendido: “El primer estu­dio del hombre que quiere you can try this out ser poeta es su propio conocimiento­ entero”.

Sólo se puede conocer lo Absoluto si lo Absoluto está en nosotros, en lo profundo de nuestra alma. Se trata de una identificación de esencia entre el sujeto­ y el objeto.

El volumen que el lector tiene entre sus manos se compone en su edición initial de ocho capítulos con sus respectivas notas bibliográficas, a los cuales fueron agregados dos más en la segunda edición, tal como figuran en la presente.

Hemos intentado glosar al creador y la obra en una época no tan lejana de claros y de sombras, pero es necesario –a modo de colofón– decir unas palabras, aunque sean arriesgadas, acerca del arte poética de Eduardo Azcuy, según se desprende de su trabajo como poeta, como teórico y crítico de los poetas ocultistas examinados en su extraordinario libro, que ahora se reedita por compulsión de los tiempos maduros.

Es un subterráneo indefinido que se ilumina poco a poco, y donde se desenvuelven, a la sombra de la noche, las pálidas figuras gravemente inmóviles que habitan en la mansión del limbo. Después el cuadro se forma, una nueva claridad lo ilumina y las apariciones fabulosas se mueven: el mundo de los Espíritus se abre ante nosotros.six

Baudelaire sostiene que la plegaria es el depósito de la fuerza. “En la plegaria –dice– hay una operación mágica. La plegaria es una de las grandes fuerzas de la dinámica intelectual”. Cuando es realmente intensa puede provocar una especie de transformación psychological y orgánica. Parece ser una tensión del espíritu hacia el substractum inmaterial del mundo y a veces “se convierte en una serena contemplación del principio inmanente y trascendente de todas las cosas”.21

Por esa travesía religante lo existencial se torna trascendente, la aparente seguridad de la finitud y de la muerte, se revierte en la certeza de la metamorfosis. Las barreras sensoriales responsables de la visión discontinua y tabicada se abaten frente al sentimiento de la perduración en la unidad.

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